jueves, 30 de mayo de 2013

TECNOLOGÍA EN LA MODA


La investigación aplicada es una de las muestras más tangibles de la utilidad que ofrece la ciencia básica para satisfacer las necesidades de confort y seguridad de los usuarios. En este caso, investigadores delInstituto Nacional de Tecnología Industrial –INTI- de Argentina, trabajan en el desarrollo de productos textiles que incluyen insecticidas, tinturas, vitaminas y antimicrobianos, entre otras sustancias.

Esta nueva tendencia en la actividad productiva que desarrolla el INTI, reúne ciencia, tecnología y moda, aplicadas a la búsqueda de nuevas estrategias para prevenir la expansión del dengue.


Nuevos tejidos con fragancias y esencias

El Premio Innovar 2009 fue otorgado en la categoría "Investigación Aplicada" al grupo del INTI en el que participa la Ingeniera María Magdalena Miró Specos. “La idea surgió a partir de un proyecto conjunto de INTI-Química e INTI-Textiles para el desarrollo de fragancias microencapsuladas y su posterior aplicación en tejidos”, anticipa la ingeniera Miró.

Frente a la realidad emergente, el desarrollo de productos textiles con innovación tecnológica se orientó no solo al confort sino también a dar respuesta a necesidades sociales. Entre ellas, desarrollar un producto que ayude a prevenir la expansión del dengue. “Este proyecto propone la microencapsulación de aceites esenciales que actúen como repelentes de mosquitos y la posterior aplicación de las microcápsulas en textiles”, explica la ingeniera Miró, y aclara, “se logra así una protección pasiva contra los mosquitos gracias a la liberación prolongada del principio activo repelente”.


Indumentaria con tecnología aplicada

La técnica empleada para la microencapsulación, como se explica en INTI Textiles, consiste en el recubrimiento de una determinada sustancia en forma de partícula sólida o glóbulos líquidos (gotas), con diferentes tipos de materiales, formando microesferas o microcápsulas. Esta es una técnica utilizada especialmente para aumentar la estabilidad de materiales susceptibles como los aceites esenciales, y proteger los agentes funcionales de la humedad, la luz y/o el oxígeno. Las cápsulas, que pueden contener en su interior colorantes, enzimas, suavizantes, fragancias, aceites esenciales, repelentes de insectos, agentes antimicrobianos o desodorantes, se fijan a los textiles.

De esta forma se espera que los agentes funcionales, como el repelente de insectos, tengan mayor persistencia. Una forma de lograr la fijación de los aceites esenciales a las telas es la exposición del tejido a altas temperaturas (130 ºC a 170 ºC) por pocos minutos. De esta forma se forma una red que recubre las microcápsulas. Luego se evalúa la aplicación del acabado aromático en tejidos de algodón y la resistencia a los lavados domésticos.

La liberación de las fragancias se evalúa mediante la metodología de Nariz Electrónica ADQ nose, un dispositivo desarrollado por el grupo del Dr. Martín Negri, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.


Telas contra el dengue

Según explicó la ingeniera Miró, el proyecto se encuentra en una etapa inicial de desarrollo en el laboratorio. Pero ya ha demostrado su efectividad en ensayos con mosquitos Aedes aegyptis“Durante las primeras 3 semanas los textiles con acabados microencapsulados presentaron una actividad repelente superior al 90% y sólo perdieron completamente su actividad a los 45 días de la aplicación”, detalla la ingeniera que trabaja en el Centro de textiles del INTI. (vectores del dengue).

Aunque la indumentaria con tecnología insecticida aún no está disponible en el mercado, la investigadora María Miró Specos expresó que “la intención es que sean accesibles para todos los consumidores, aunque por su funcionalidad tal vez sean un poco más costosos”.


Incentivo a la producción

Cada año, el concurso Innovar, impulsado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, reúne a innovadores argentinos, que presentan sus propuestas ante potenciales usuarios, empresas e inversores. Los proyectos pasan por diferentes procesos de evaluación, de gran importancia para aquellos que se proponen lanzar un nuevo producto. Este tipo de proyectos estimula y difunde la transferencia de conocimientos y tecnología aplicados a productos y procesos que mejoran la calidad de vida de la sociedad.

Además promueven innovaciones locales que permiten sustituir productos importados, y regenerar la actividad productiva del país. “El premio ofrece tanto incentivo económico como reconocimiento profesional. Y lo principal es que nos motiva para seguir adelante”, concluye la especialista.